martes, 4 de marzo de 2014

Sal


Había sabor, era un hecho, todos esos platillos tenían ya su parte placentera, decidiste acompañarme, ángel bello, en el almuerzo, a ti te gustaba la sal, y así , nada volvió a saber igual, mostraste un sabor nuevo para el platillo, el comensal y su vida.


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