jueves, 9 de diciembre de 2010

¿Y dónde está el manual?

Después de tantos años machacando la tierra con mis pasos no sé que es la vida, no sé la manera correcta de vivir, no se como amar correctamente y ni siquiera sé que soy. Algún día escuche que le decían a los despistados que andaban en el aire, pero si es así, todos andamos despistados, sin aire no podríamos ni andar. El tiempo es la preocupación constante de una necesidad de ser alguien que no sabes si puedes ser, por ahí escuche cuando era niño que el manual era la biblia y el ejemplo a seguir era Jesus y tal vez por eso me preocupa llegar a los 33 sin haber salvado a alguien, si bien la religión aliviana la muerte con su fantástico más allá y las plegarias, que tal vez al infinito ni le interesen, también pone una carga brutal, de tratar ser como ese hombre santo y sabio que dijo cosas hermosas sobre la vida, y que terminó asesinado de una manera brutal, nunca entendí la cobardía de los que no lo bajaron de la cruz para salvarle, tal vez no se habían dado cuenta de su inocencia y les peso tanto la conciencia que se inventaron un mito. La verdad ese nunca fue el manual, sencillamente no se puede enseñar a vivir.

¿Cómo se fluye en la vida?

 En tantos momentos tengo necesidades de personas o cosas que al final simplemente me ayudan a comprender que tengo un vacío gigante, los budistas andan vacíos por el mundo para asimilar el presente sin cargas y abiertos, como ya tengo el vacio me gustaría asimilar el presente y vivir en él. Hoy he dejado las armas, ya no habrá más guerras que iniciar, ni que continuar, buscaré la paz...

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